Eduardo Moga / La ciudad encontrada

Eduardo Moga, La ciudad encontrada. Crónicas de Sant Cugat, 176 pp.
Colección Mayor, 16
ISBN: 978-84-123329-2-6

En La ciudad encontrada, el poeta Eduardo Moga rinde homenaje a la ciudad que lo acogió en 1998. Estas Crónicas de Sant Cugat pretenden dar cuenta de veintitrés años de residencia en la localidad vallesana, excusa con la cual el autor reflexiona sobre la sociedad y la cultura catalanas del siglo XXI, con sus luces y sus sombras. Literatura, historia, geografía, arte y mucha humanidad habitan en sus páginas.

Nacido en Barcelona en 1962, Eduardo Moga es licenciado en Derecho y licenciado y doctor en Filología Hispánica. Reside en Sant Cugat del Vallès. Es autor de, entre otros, los poemarios Ángel mortal (1994), La luz oída (1995, Premio Adonáis), El barro en la mirada (1998), Unánime fuego (1999), El corazón, la nada (1999), La montaña hendida (2002), Las horas y los labios (2003), Soliloquio para dos (2006), Los haikús del tren (2007), Cuerpo sin mí (2007), Seis sextinas soeces (2008), Bajo la piel, los días (2010), El desierto verde (2011), Insumisión (2013), Muerte y amapolas en Alexandra Avenue (2017), Mi padre (2019) y Tú no morirás (2021). Shearsman le ha publicado una antología poética en versión inglesa: Selected Poems (2017).

Crítico, traductor y ensayista, ha publicado dos volúmenes de Corónicas de Ingalaterra (2015 y 2016) y varios volúmenes de viajes y de crítica literaria. Ha traducido obras de Frank O’Hara, Évariste Parny, Carl Sandburg, Charles Bukowski, Richard Aldington, Ramon Llull, Tess Gallagher, Billy Collins, Arthur Rimbaud, William Faulkner y Walt Whitman. Colabora habitualmente en medios especializados. Fue codirector de la colección de poesía de DVD Ediciones (2003-2012) y director de la Editora Regional de Extremadura (2016-2018).

Comprar: € 15,00

Pedro Calbarro: “Me gusta cambiar de tono y de tema, contar historias dispares”

“Soy de mente inquieta, siempre me están viniendo ideas y el microrrelato me permite plasmarlas en el papel según llegan”

por Susana Arizaga

A este zamorano maestro de profesión la afición por la escritura le acompañó siempre. Amante de la literatura comenzó escribiendo libros infantiles y terminó anclando en el microrrelato “más acorde con mi formación y mi personalidad. Me atraía decir mucho con pocas palabras la magia y lo complicado que es deja al lector que imagine y concluya que lo viva a su manera”. Tres años después de publicaciones colectivas nace Cuando el diablo no sabe qué hacer, su ópera prima que reúne 90 microrrelatos.

Pedro Calbarro en Zamora, febrero de 2021

–¿Por qué elige el microrrelato para contar sus historias?

–El microrrelato es un género que me permite cambiar de tema con rapidez, variar el tono, el momento histórico, los personajes… Soy de mente inquieta y siempre me están viniendo ideas diferentes, así que de esta manera me puedo permitir contar historias dispares según se me van ocurriendo.

–Se da a conocer hace tres años, ¿la escritura siempre estuvo presente en su vida como actividad?

–Ya en la universidad gané un premio de relatos cortos, y tengo redactados, desde hace tiempo, cuentos que permanecen guardados en un cajón esperando su oportunidad, así que sí, me gusta escribir desde hace mucho tiempo.

–¿El pudor o el miedo pudieron más que esa necesidad de contar lo que uno imagina hacia el exterior?

–Ni pudor ni miedo, ha sido un proceso en el que poco a poco he ido creyendo más en mí. A ello han contribuido tanto mi hermano como mi mujer, a los que les estoy muy agradecido.

–En sus obras se atreve con todos los géneros, ¿en estos 90 microrrelatos predomina alguno?

–Quizá lo que más predomina es la intriga, la tensión.

–¿En cuál se siente más cómodo?

–Tengo una compañera que dice que algunos de mis relatos acaban de forma trágica, pero creo que esto no es así. Escribo sobre la vida, y aunque todos desearíamos que la vida tenga un final feliz, la mayoría de las veces no es así. Pero en mis narraciones suele haber un final inesperado, abierto, algún giro. Es una de las características del microrrelato.

–¿Cómo elige la temática en torno a la que girará ese pequeño relato?

–Algunas veces la situación actual, dependiendo de si me indigna y o me agrada. Otras veces, sencillamente, me viene la idea a la cabeza, es una inspiración.

–La vida cotidiana ofrece miles de posibilidades, ¿es de los escritores que lleva su libreta y toma notas de esa realidad para incorporarlas o recrearlas en sus trabajos?

–Pues no lo hago, pero debería. Recuerdo un día en que me vino la inspiración mientras me duchaba y tuve que salir corriendo para ponerme a escribir. También ha habido casos en los que se me ha ocurrido alguna idea en la cama medio dormido, y aunque intento recordarlo, a la mañana siguiente lo he perdido. Ahora mismo tengo en la cabeza tres posibles relatos, y debería apuntarlos, porque corro el riesgo de olvidarlos.

–Bebe de los grandes como Edgar Alan Poe, ¿qué influencia se deja ver en sus creaciones?

–Es cierto que algunos relatos tienen una temática fantástica, me gusta hacer que ocurran cosas inverosímiles. También me gusta utilizar la cultura y los escenarios ingleses. Tengo la especialidad de inglés y tanto el idioma como el país me atraen mucho. He desarrollado proyectos educativos sobre cultura inglesa. Posiblemente de esta formación venga la influencia que aporto a bastantes de mis creaciones.

–Sus lecturas incluyen las fábulas siempre con una lección que aprender, ¿también hay “moralejas” en sus escritos?

–No, no pretendo decirle a nadie cómo debe actuar ni cuál es el camino a seguir. Aunque hay relatos en los que los animales hablan o actúan como seres humanos, el sentido del microrrelato es dejar los finales abiertos para que el lector saque sus propias conclusiones y le ponga el final que desea. Si se siente atraído por un final feliz o por uno ruin, es cosa suya, no mía.

–¿Elegiría alguno en concreto como más representativo de su forma de contar y construir situaciones?

–El Tendero. Es el relato que me dio confianza y supuso el inicio de la aventura de escribir este libro. Gané con él, para mi sorpresa, el primer premio del certamen de microrrelatos de la Feria del Libro de Zamora de 2017, fue mi primer galardón.

–¿Ese premio le dio el impulso para publicar?

–Fue como un comienzo en esta aventura del libro. Ese cuento me salió en media hora, aunque después hay que perfilarlos.

–¿Cuál era el argumento?

–Hablaba de una niña de la España de la posguerra, sobre su visión del conflicto. El señor Juan, el tendero, había fallecido y cuento cómo fue esa muerte y la relación que tenían ambos.

–¿Siempre escribe con tanta rapidez?

–No, a veces la idea viene clara y fluye sola, otras hay que darle vueltas, sobre todo, es difícil cuando se limitan las palabras a mil o dos mil y hay que recortar, tienes que decir mucho en pocas palabras. Tengo relatos de una o dos líneas, y ya explican la idea.

–¿Nunca tiene la sensación de que queda algo por decir?

–No. Por su brevedad se empieza en el nudo y el desenlace se deja abierto. Hay uno en el libro con el final totalmente abierto.

–¿La novela aterra o está trabajando en algún proyecto?

– ¿Aterrar? No, solo que aún no me siento cómodo en ese género. De todas maneras, poco a poco estoy escribiendo algo. Ya llevo terminados varios capítulos. No sé si lo acabaré, pero mientras tanto sigo con mis microrrelatos.

(La Opinión-El Correo de Zamora, 8 de febrero de 2021)

Pedro Calbarro / Cuando el Diablo no sabe qué hacer

Pedro Calbarro, Cuando el Diablo no sabe qué hacer, 190 pp.

Colección Mayor, 12

ISBN: 978-84-947593-7-6

En Cuando el Diablo no sabe qué hacer, el autor demuestra la puntería del Diablo, por mucho que se quite importancia y finja matar moscas por mero aburrimiento: si el rabo acierta con el díptero es porque previamente se ha preocupado de acecharlo con paciencia y dedicación. Calbarro practica el subgénero del microrrelato y, por ello, hace explícito su reconocimiento del magisterio de Augusto Monterroso; pero incursiona en relatos de extensión muy variable. Sus temas y tonos son igualmente variados: de los relatos meramente humorísticos saltamos en estas páginas a las narraciones de misterio en las que reconocemos ecos de Edgar Allan Poe, otro de los maestros del género que quizá explique la inclinación del narrador por los ambientes anglosajones; o a los de tono y estructura tradicional, incluida algunas versiones hilarantes y/o sangrientas de clásicos de Charles Perrault y Hans Christian Andersen; o a los que nos remiten al universo animal de las fábulas de Esopo, La Fontaine, Iriarte o Samaniego; o a los que retoman los personajes de los dibujos animados de nuestra infancia, reproduciendo con habilidad el peculiar lenguaje y los eficaces recursos irónicos de los hermanos Warner; o a los que recrean los momentos decisivos de ciertos personajes históricos. En algunos de los textos reconoceremos escenarios compartidos, que dotan al conjunto de una interesante continuidad metanarrativa. En este caleidoscopio narrativo conviven el cosmopolitismo y la tradición, la esperanza y la distopía, el Lobo Feroz y el licántropo, César y Cleopatra, Zamora y Pompeya, el cine y la literatura, el humor y la ética (del prólogo del libro).

Pedro Calbarro (Zamora, 1970) es diplomado en Magisterio por la Universidad de Salamanca, especialidad en Lengua Española y Filología Inglesa. Ha ejercido su labor docente en Salamanca, Extremadura y Zamora, donde reside definitivamente. Amante de las nuevas tecnologías, ha realizado diferentes proyectos en el ámbito educativo y privado relacionados con el diseño web y de aplicaciones informáticas. Actualmente trabaja en el sindicato CSIF. En su corta trayectoria literaria ha recibido premios en diversos certámenes y sus textos han sido publicados en volúmenes colectivos de relato y microrrelato como Sensaciones y sentidos (Madrid, 2017), Concurso de Microrrelatos Feria del libro de Zamora (Zamora, 2017 y 2019), Ellas III (Madrid, 2018), Concurso de Microrrelatos Círculo Creativo (Burgos, 2019 y 2020) y Malvasía (Zamora, 2020). Cuando el Diablo no sabe qué hacer es su primer libro de relatos.

Comprar: € 17,16

Los Papeles de Brighton reeditan a Carlos Jover y Jorge Rodríguez Padrón

Carlos JoverProgresivamente iremos alternando la publicación de obras nuevas con la reedición de nuestros títulos agotados.

Ya están a la venta las segundas ediciones de Bajo las sábanas, del mallorquín Carlos Jover (Colección Minúscula, 4); y Algunos ensayos de más, Jorge Rodríguez Padróndel grancanario Jorge Rodríguez Padrón (Colección Mayor, 2). Con ellos vuelven al escaparate, respectivamente, una magnífica e inclasificable ficción de contenidos éticos y un manojo de jugosas reflexiones sobre memoria, identidad y democracia.

Gracias a los dos por seguir confiando en Los Papeles de Brighton.

Entrevista capotiana a Carlos Jover

Por Toni Montesinos

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?

El sótano de Kafka, en el que soñaba vivir escribiendo sin interferencias. Alguien tocaría la puerta de vez en cuando y cuando sus pasos hubiesen delatado que ya se habría marchado, abriría la puerta para recoger la bandeja con la comida allí depositada.

¿Prefiere los animales a la gente?

Me quedo a solas con el animal que llevo dentro.

¿Es usted cruel?

Nunca lo suficiente.

¿Tiene muchos amigos?

Se pueden contar con los dedos de sus manos, que guardo como amuletos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos?

La generosidad para conmigo, es decir, lo que se entiende por verdadera amistad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos?

Mucho menos que mis enemigos.

¿Es usted una persona sincera? 

Cuando no queda otro remedio, sí.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?

Lo que más me gusta en el tiempo libre es contestar entrevistas.

¿Qué le da más miedo?

Mis pensamientos en la oscuridad.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?

La estupidez humana que deriva en intolerancia y pensamiento único. Lo políticamente correcto, origen de casi todos los males sociales.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?

Me hubiera gustado ser Mick Jagger.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico?

La crítica de la razón práctica, como el gran Inmanuel.

¿Sabe cocinar?

Sobre todo prosa.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?

Ya lo he dicho, a Mick Jagger.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?

Sabiduría.
¿Y la más peligrosa?

¿Alguna vez ha querido matar a alguien?

¿Sólo alguna?

¿Cuáles son sus tendencias políticas?

Casi nunca las de la mayoría.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?

¿Otra vez? Mick Jagger.

¿Cuáles son sus vicios principales?

A veces río demasiado fuerte. Otras, pienso bien de la gente sin suficiente fundamento.

¿Y sus virtudes?

De eso no se puede tener si no te has muerto.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?

Que estoy pasando de un caldo caliente, compuesto por los detritos de millones de respiraciones y excreciones varias de millones de seres (el aire), a otro caldo caliente tal vez más limpio.

Foto CJ 2 (1)(Del blog de Toni Montesinos)