Ashraf Fayad en Zamora

El acto de presentación de Palabras para Ashraf en Zamora fue un éxito. En Los Papeles de Brighton queremos celebrar el apoyo y el compromiso con la libertad de todos los participantes. Conste nuestro agradecimiento a los poetas Tomás Sánchez Santiago (que finalmente no pudo asistir por motivos familiares), Máximo Hernández, Julio Marinas, Luis Ingelmo, Ángel Fernández Benéitez y José Carreño; y, especialmente, a este último por su fenomenal trabajo de organización y comunicación del evento. También al público que asistió, por su número y sobre todo por su compromiso e interés; a la prensa que cubrió el acto; y a la Biblioteca Pública de Zamora por acogernos.

Desde Zamora nos llegan algunos documentos que iremos compartiendo en nuestra web y redes sociales. Debemos las imágenes del acto a Lucía Domínguez y a la Biblioteca.

De los vídeos de Lucía hemos seleccionado la lectura por Julio Marinas del poema de Antonio Gamoneda «Palabras de amor insumisas para mis hermanos árabes», un inédito del leonés incluido en Palabras para Ashraf.

Poetas unidos por la libertad

NUEVE ESCRITORES ZAMORANOS PARTICIPAN EN EL LIBRO PALABRAS PARA ASHRAF, DEDICADO AL ARTISTA SAUDÍ CONDENADO A OCHO AÑOS DE PRISIÓN POR UNOS VERSOS

Natalia Sánchez

El artista plástico y comisario artístico saudí de origen palestino Ashraf Fayad en el año 2015 publicó el poemario Al-Ta’limât bil-dâkhil traducido como Instrucciones en el interior, lo que le ha conllevado una condena por parte de un tribunal saudí de cuatro meses de prisión, inicialmente, y un año después, a muerte por los delitos de blasfemia, ateísmo y ofensas al islam.

Recientemente al creador, que participó en varias exposiciones internacionales en representación de su país de adopción entre ellas la Bienal de Venecia en 2013 y que formó parte de la organización angloárabe Edge of Arabia, le ha sido conmutada la pena de muerte por la de ocho años de prisión más 800 latigazos en 16 series, tras una campaña internacional de presión y al esfuerzo de su familia.

De manera paralela a una recogida de firmas para pedir el indulto del artista palestino a través de Change.org, donde se han recogido más de 300.000 apoyos para instar al Gobierno de España a que impidiera este atropello dado que «durante el proceso se ignoró su derecho a tener un abogado y el juez ni siquiera habló con él», desde la editorial Los Papeles de Brighton, que capitanea el zamorano Juan Luis Calbarro, se puso en marcha el libro de Palabras para Ashraf un volumen que reúne a 60 escritores que han respondido al llamamiento del zamorano «sin más aspiración que manifestar su apoyo a Ashraf y su familia y a los cientos de presos de conciencia que hoy sufren malos tratos y cautiverio en Arabia Saudí y otros países de su entorno. No es este un libro contra nada ni nadie, sino a favor de la libertad», explican.

La obra cuenta con las colaboraciones literarias de escritores de la talla de Antonio Gamoneda, Félix de Azúa, Jaime Siles, Isaac Goldemberg, Joaquín Leguina o Juan Carlos Mestre. Además en ella participan nueve autores zamoranos Jesús Ferrero, Juan Luis Calbarro, José Ángel Barrueco así como Tomás Sánchez Santiago, Máximo Hernández, Luis Ingelmo, Ángel Fernández Benéitez, Julio Marinas y José Carreño, estos seis últimos participarán mañana viernes a las 20.00 horas en una presentación del volumen en la Biblioteca Pública de Estado.

En el acto público, que comenzará con una presentación de la figura del artista Ashraf Fayad y su reciente reconsideración de la pena de muerte y una aproximación al movimiento por el indulto, varios de los autores leerán los trabajos que conforman el libro.

Ashraf Fayad

(Publicado en La Opinión de Zamora, 26 de enero de 2017)

Presentación de ‘Palabras para Ashraf’ en Zamora

Será el viernes 27 de enero en la Biblioteca Pública, en la plaza de Claudio Moyano.

Tarjeta de invitación

Vicente Torres sobre Ashraf Fayad

Texto que leyó Vicente Torres durante la presentación de Palabras para Ashraf en Valencia el pasado día 10.

Agradezco a Almudena Amador que nos haya acogido en su librería, a Isabel y María Barceló su participación en este acto y que lo hayan hecho con la brillantez que se espera siempre de ellas; agradezco también a todo el público su asistencia y ruego además a todos que hagan saber la existencia de este libro que presentamos hoy a sus amistades, porque cuanto más se hable de él más cerca estaremos de conseguir el propósito con que lo escribimos.

Mi discurso será breve, para dar paso lo antes posible a Jaime Siles, que hablará a continuación. Me limitaré a recordar que a Ashraf Fayad le fue impuesta una condena propia de tribus salvajes, justificada en un delito que ni es ni puede ser tal en ningún país democrático. El mundo debería tener procedimientos para evitar brutalidades de este y otros tipos, pero ya sabemos que en el mundo hay personas civilizadas, pero no es un lugar civilizado. A quienes nos tenemos por civilizados nos queda la opción de la protesta, motivo por el que estamos aquí.

También quería recordar que las libertades no caen del cielo. Si las tenemos es porque personas como Ashraf Fayad dieron sus vidas para que ahora nosotros podamos vivir las nuestras en paz. Es fácil entender esto, porque abundan en nuestra sociedad española y de los demás países democráticos quienes aspiran a sojuzgar a los demás y se da la triste circunstancia de que suelen encontrar apoyos en personas que no se percatan de las auténticas intenciones de esos aspirantes a tiranos. Es por eso, entre otros motivos, que no conviene bajar la guardia y que debemos defender con ahínco a quienes realmente están de nuestra parte, como es el caso de este poeta condenado tan cruel e injustamente.

Y con esto doy por terminada mi intervención.

Muchas gracias.

(Fotos cortesía del programa Pegando la hebra / CV Radio / María Vicenta Porcar)

(Original en InformaValencia, 13 de enero de 2017)

David Torres sobre ‘Palabras para Ashraf’

PALABRAS PARA ASHRAF

por David Torres

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Arabia Saudí es uno de esos países donde los derechos humanos están escritos en papel higiénico. A menudo se nos olvida que los derechos humanos y, especialmente la libertad de expresión, no son manzanas caídas de los árboles sino dolorosas conquistas que han costado siglos, muchedumbres de muertos, toneladas de sangre y océanos de libros quemados. Hay otros derechos (al trabajo, a un salario justo, a la vivienda) que también se hallan en franco retroceso en occidente y por la misma razón: porque olvidamos cuánto esfuerzo llevó ganarlos. De vez en cuando aparece un mártir para recordarlo: aunque la palabra tiene connotaciones religiosas, no está mal traída ya que la inmensa mayoría de los mártires lo han sido en nombre de la religión y con su copyright encima. Empezando por aquel fulano llamado Jesucristo.

Ashraf Fayadh, poeta y comisario artístico palestino, fue condenado por un tribunal saudí a cuatro años de prisión y luego a muerte por los cargos de ateísmo, apostasía y ofensas al islam. Su delito: escribir versos. En un acto de gracia no poco gracioso, la pena de muerte ha sido conmutada por ocho años de prisión y 800 latigazos. Durante el proceso, como es habitual en Arabia Saudí, no tuvo derecho a un abogado y el juez ni siquiera se dignó a hablar con él. Lo que se oculta realmente tras la sentencia no es más que la reacción a la crítica política que se desprende de su poemario Instrucciones en el interior (2008) y a su grabación de imágenes de torturas por parte del régimen saudí. Aparte de las excusas religiosas, la sentencia contra Ashraf pretende erigirse en escarmiento contra toda la comunidad artística del país.

Es repugnante que los representantes de la comunidad internacional y muy especialmente de los países occidentales y europeos hayan permanecido en silencio ante éstas y otras no menos flagrantes violaciones de los derechos humanos. Es sencillamente ridículo que la ONU -ese solemne montón de vaciedades y basura paralelepípeda- nombrara el año anterior a Arabia Saudí defensora de los derechos humanos. El aliado fundamental de EEUU en el mundo árabe resulta, en muchos aspectos, una monarquía datilera, sanguinaria, retrógrada y paleolítica donde el culto al petróleo y al dinero está muy por encima de la vida y la dignidad humanas.

La editorial Los Papeles de Brighton acaba de publicar Palabras para Ashraf, un libro colectivo de apoyo y homenaje al poeta palestino que cuenta con un nutrida antología de textos firmados, entre otros, por Antonio Gamoneda, Aurora Luque, Beatriz Becerra, Ben Clark, Isabel Camblor, Jesús Ferrero, Jaime Siles, Jordi Doce, Juan Carlos Mestre, Marta Agudo y Román Piña Valls. Cuando Juan Luis Calbarro, poeta y director de la editorial, me pidió colaborar en el proyecto no lo dudé un instante. Los textos -la mayoría de ellos poemas- fueron cedidos desinteresadamente y los beneficios del libro están destinados íntegramente a una organización en defensa de los derechos humanos en Arabia Saudí.

Al enterarme de la condena contra Ashraf, de inmediato pensé en la fatwa contra Salman Rushdie en 1989 por la publicación de Los versos satánicos. Estaba terminando la carrera de Filología Hispánica y de repente la literatura medieval se hizo presente en plena posmodernidad y de un modo por completo inesperado. Ilustres especialistas en derecho internacional y profesores de árabe discutían en tertulias televisivas si la novela en cuestión era culpable del delito de apostasía o de blasfemia. En realidad, era culpable de un delito mucho peor: la literatura, ese faro que ilumina las tinieblas desde nuestros orígenes y que a lo largo de los siglos ha ido pariendo textos tan peligrosos como La Ilíada, Hamlet, El Quijote y la Declaración de los Derechos del Hombre. La historia de Ashraf nos recuerda que los inquisidores siguen ahí, aunque en nuestro orbe occidental ya no suelen vestir de clérigos. También nos advierte de que la literatura, grande y pequeña, buena y mala, siempre ofende, ya sea a base de viñetas sobre Mahoma, chistes de mal gusto, teatros de títeres o novelas machistas.

(Publicado en Cuarto Poder, 9 de octubre de 2016)